Por la ruta interamericana rodeados de bosque y cultivos, llegamos a cuatro caminos y tras 2 horas y 30 minutos en carro, estábamos a sólo 300 metros del Templo de San Cristóbal y su Convento. Ya desde la entrada se ven la blanca iglesia rodeada por techos de teja y la fresca brisa del altiplano guatemalteco.
Los orígenes de San Cristóbal son tan antiguos que no existen registros ni pistas que ayuden a dar con su edad aproximada. Se sabe que cuando los españoles llegaron, ya era una ciudad establecida a la que todos conocían como Pahula, voz quiché que se traduce como catarata.
Esta ubicado en el centro de una población tranquila y sensible, dedicada a la creación de artesanías y piezas artísticas desde los inicios de su historia, incluso el adobe del convento deja ver pedazos de cerámicas del San Cristóbal prehispánico.
Te invitamos que visites este majestuoso lugar,
¡Nos vemos en la Ruta!
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