viernes, 29 de enero de 2010

Prohibida la entrada a Guatemala a los piratas del caribe



El Castillo de San Felipe de Lara se ubica en el nacimiento del Río Dulce, una de las más hermosas zonas de Guatemala, y se integra dentro del Parque Nacional de San Felipe, el cual contiene hermosas áreas verdes y seguras playas. Queda a tres horas de camino, en automóvil, desde la ciudad de Guatemala y está edificado sobre un montículo. La carretera que conduce hacia aquella zona es la CA-9; en el sitio denominado La Ruidosa, se cruza con dirección al Río Dulce. A partir de ese sitio es posible arribar al Castillo por carretera o por lancha. En el interior del edificio cabe visitar sus diversos componentes, así como asomarse a una sugerente perspectiva paisajística desde el torreón. El Castillo abarca un baluarte semicircular, dos torreones, un artesonado de madera y de teja de barro, tres plantas y un foso con puente elevadizo.
El Castillo de San Felipe de Lara constituye una de las obras más importantes en la historia de Guatemala, y se le cataloga como un “Bien Cultural de la Nación”. Tiene sus orígenes en la llamada Torre de Sande, construida en 1595, acatando una disposición del rey Felipe II, con el objeto de proteger las costas atlánticas del Reino de Guatemala contra los ataques de los piratas… y cobrar impuestos. La Torre contaba con doce piezas de artillería y doce soldados. Originalmente, aquella edificación militar se desempeñaba con fines comerciales, ya que –por su localización geográfica– permitía inspeccionar la entrada y salida de mercancías, para evitar el contrabando y supervisar la cotización de tributos. Por aquellos tiempos, era intensa la actividad comercial a través de lo que se llamaba Golfo Dulce. Debe tomarse en cuenta que Guatemala, al igual que todas las colonias españolas, solamente podía comerciar con la metrópoli.

¡Nos vemos en la Ruta!

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