Takalik Abaj, nuestra Ruta al pasado

Imagen: Lester Meléndez
Para llegar a Takalik Abaj desde la Ciudad de Guatemala, se puede salir por la Calzada Aguilar Batres o cualquiera de las que se conectan con la carretera al Pacífico (CA-9).

En el kilómetro 20, tras pasar por Amatitlán, se ve cómo los volcanes de Pacaya, Fuego, Acatenango y el de Agua, empiezan a crecer frente a nuestras ventanillas, vigilados desde lejos por el volcán Santiaguito.

Cuesta abajo empezamos a sentir el calor del Océano Pacífico, que cambia el paisaje de fondo en nuestro viaje. Los volcanes y bosques se transforman en pastizales para ganado y cultivos de caña de azúcar.

Pero al entrar a Reu, todo se convierte en un bosque típico de la costa sur y al llegar al Municipio de El Asintal, estamos ya en el centro de Takalik Abaj.

Allí conocerá la historia de la ciudad, que floreció en los períodos preclásico y clásico, con una arquitectura inicialmente influenciada por los Olmecas y que más tarde adoptó el estilo Maya.

Además de una aventura inolvidable, conocer la historia de las ciudades mayas, ayuda a comprender el alma que todavía vive en el país.

Nos vemos en la Ruta!

Ruta a Nuestras Maravillas: La Sierra de los Cuchumatanes

Imagen: Lester Meléndez

Justo en donde las placas tectónicas del Caribe, de Norte América y la de Cocos se chocan, nace la Sierra de los Cuchumatanes, su nombre viene de los vocablos mames Cuchuj y Matán, que significan literalmente “Reunir por la fuerza”.

Para disfrutar de parte de toda su exuberancia, uno puede iniciar en el Departamento de Huehuetenango, a unas 4 ó 5 horas en carro desde la capital, por carreteras donde se pueden observan paisajes llenos de cultivos y bosques típicos del Altiplano guatemalteco.

Al pasar por Chantla, la carretera se convierte en un carril de subida con tramos de mucha neblina; todo está asfaltado y con precaución, se puede disfrutar de uno de los recorridos más interesantes y vistosos del país.

Salgan de casa preparados para el frío y...

nos vemos en la Ruta.

Isla de Flores. Una puerta al mundo Maya

Imagen: Lester Meléndez
Con un promedio de 7 a 8 horas en carro, atravesar Petén es un viaje largo pero muy interesante y lleno de aventura.

Desde la capital salimos por la carretera al Atlántico en donde el calor no nos dio tregua, algunas veces seco y algunas veces húmedo.

En Poptún, pudimos refrescarnos un poco y aprovechamos a alejarnos un poco de la carretera para poder apreciar la gran variedad de flora y fauna de la región norte del País.

Desde Santa Elena se puede apreciar la Isla de Flores, que contrario a lo que pudiera parecer por su tamaño, mantiene una gran actividad turística y comercial.

Sus calles empedradas y sus construcciones antiguas, guardan bajo ellas la historia de la valentía y orgullo de sus habitantes originales, que tras 200 años de resistencia, cayeron bajo el poderío español.

Visitar la Isla de Flores es una experiencia que te embargará con sus innumerables paisajes, su fauna y la historia de la región.

Y a ustedes ¿Cómo les ha ido en la Ruta?

Chichicastenango. El espíritu Maya

Imagen: Lester Meléndez

Seguimos en la Ruta a Nuestras Maravillas saliendo por Ciudad San Cristóbal a la Carretera Interamericana (CA1) hasta los encuentros, y entre nubes y neblina llegamos a Chichicastenango.

Chichicastenango significa "Lugar de los Chichicastes" en lengua Maya-Quiché (Chichicaste: planta de flores perteneciente al orden Cornales, nativo de América y África).

Fue fundada en 1544 tras la destrucción de Utatlán y se ubicó en la parte sur del altiplano guatemalteco, por lo que se le conoce como Siguán Tinamit, que significa "lugar rodeado de barrancos".

Es uno de los destinos más visitados por los guatemaltecos, por el arte del arco Gucumatz y por la espiritualidad y los colores que guarda entre sus calles, mismos que la hicieron una de las maravillas ganadoras de nuestra Ruta.

Con una infraestructura acostumbrada a recibir a grandes cantidades de visitantes, tu visita a Chichicastenango será una experiencia para recordar.

¡Nos vemos en la Ruta!